stas son reglas tan elementales, que la mayoría de las veces nos olvidamos de ellas y creemos que nuestro perro aprenderá más deprisa cuanto más fuerte le gritamos.
1.- La educación debe ser una experiencia agradable. Si no estás de buen humor, ni siquiera lo intentes. Realiza sesiones cortas, del orden de 5 a 10 minutos, para mantener la motivación del animal. Si el perro no responde correctamente a un comando después de varios intentos, detén unos segundos la educación y reemprende el entrenamiento con un comando diferente, pero más sencillo. Más tarde regresa a la tarea más compleja. Termina siempre la clase con una nota positiva, por ejemplo, pide al perro que responda a una orden que sabes que va a obedecer. A continuación, le recompensas por el trabajo bien hecho y emites un comando que marque el final de la sesión de entrenamiento, como “libre”. Tras una sesión de entrenamiento el propietario y el perro deben tener una sensación de logro alcanzado.
2.- Todos los perros deben estar familiarizados con los comandos básicos de obediencia (acudir a la llamada, sentarse, permanecer quieto sin correa). Ten en consideración que la motivación de un perro a responder a una orden disminuye a medida que se incrementa la complejidad de la tarea. Las posibilidades de éxito dependerán no solo del grado de dificultad de la tarea, sino también de la motivación del animal. Ponte en el lugar de tu perro, cuando le llamas, ¿qué es más gratificante, correr tras el olor de una pieza en el campo o regresar a tu lado? Si comprendes este mecanismo, aumentará tu paciencia y tus posibilidades de éxito.
3.- En la educación nunca habrá gritos, golpes, sacudidas de correa o sanciones similares. Cada sesión debe ser optimista y positiva, con recompensas por el trabajo bien hecho. Ten en cuenta que lo contrario de la recompensa no es el castigo, sino la ausencia de recompensa. Ignora la respuesta inaceptable, no recompenses a tu perro por una respuesta incorrecta, la mayoría de los perros quieren complacer a su propietario, al menos, para obtener aquello a lo que dan gran valor, como alimento y atención.
4.- Asegúrate de que la motivación por obtener una recompensa es muy fuerte durante las sesiones de entrenamiento. Si la recompensa es comida, entrena con el perro en ayunas, no después de darle de comer. Para tareas que exijan la inmovilidad, como permanecer echado o quieto, el perro se sentirá más motivado si ha realizado previo a la sesión de entrenamiento un ejercicio moderado. Pedirle a un perro lleno de energía y nervio que se mantenga en posición de descanso prolongado es avocarse al fracaso.
5.- Cerciórate de que la recompensa que ofreces es la más poderosa y atractiva. Generalmente se utiliza la comida como motivación, deben emplearse los alimentos más codiciados por cada perro, como pequeños trozos de salchicha o de queso. Lo primordial es que el perro esté fuertemente motivado a obedecer órdenes para recibir a cambio su premio. El premio alimenticio será siempre muy pequeño, no más grande que el tamaño de la uña. Su textura será tal que no requiera ser masticada ni se desmigaje, en caso contrario perderás la atención de tu perro entretenido mascando o buscando las migajas.
6.- El momento en que entregas la recompensa es muy importante. Después de una respuesta correcta, recompensa a tu perro antes de un segundo y medio después del cumplimiento del comando, para asegurarte de que el perro hace la conexión correcta entre su comportamiento y el premio.
7.- Utiliza comandos cortos y da la orden una sola vez. No repitas el comando. Los perros pueden recordar un comando unos dos minutos antes de que la idea se les olvide. Las palabras más cortas son siempre mejores que las largas. El único comando que puede tener tres sonidos asociados es el de llamada. En este caso primero tienes que atraer la atención del perro diciendo su nombre, “Trueno”, luego el verdadero comando “ven”, y a continuación algo similar a “buen muchacho” antes de que el perro venga, de modo que sepa que no tiene un problema ni estás disgustado.
8.- Una vez que el perro realiza correctamente un comando un número de veces superior al 85 por ciento, puedes pasar a la siguiente etapa. Durante el proceso de aprendizaje debes ser cada vez más exigente, de modo que su respuesta sea más rápida. Puede demorarse inicialmente unos 3 segundos, después 2 y finalmente ser inmediata. También debes ser más riguroso en el cumplimiento, por ejemplo, con el “sentado”, las primeras veces puedes consentir que el perro simplemente toque el suelo con el trasero para darle el premio, pero progresivamente debes retener la recompensa hasta que el perro esté sentado correctamente.
9.- Varía las órdenes durante una sesión de entrenamiento y mantén sesiones cortas y frecuentes. Los perros aprenden mejor en sesiones regulares, cortas y frecuentes, que en las largas e intensas. Una vez que el perro ha aprendido varias órdenes, recibiendo un premio tras cada una de ellas, es llegado el momento de introducir intermitencias en la entrega de la recompensa. Inicialmente puede ser recompensado dos veces de cada tres, e ir disminuyendo hasta que la recompensa solo se le entregue de vez en cuando. Es el modo de evitar que el perro solo quiera trabajar a cambio de comida. Recuerda, sin embargo, que siempre es importante elogiar al perro inmediatamente después de un comando realizado bien.
10.- Una vez que las órdenes son cumplidas correctamente en una zona tranquila, se empezará a trabajar en un ambiente con distracciones, de modo que se consiga que el perro esté atento y no se disperse su atención. Es importante lograr que cumpla las órdenes aún cuando estén ocurriendo a su alrededor las cosas más sugerentes. Es algo que se puede conseguir, pero que exige un montón de trabajo y tiempo. En la educación tan importante como la técnica es la paciencia.
Enhorabuena por tu articulo! Mi pasión es la caza y sobre todo los perros de caza. Da gusto cuando los tienes bien adiestrados compartir tus jornadas cinegeticas con ellos, en mi caso no hay nada comparable en esta vida. Verlos cazar, optar a un bonito lance gracias a ellos, cobrar una pieza q parecía imposible etc.
ResponderEliminarYo ahora tengo una braca muy parecida al tuyo, seguro q el tuyo también es de líneas alemanas, incluso me atrevo a decir q es de líneas Hege Haus (como la mía), puede q me equivoque jajaja! No se el tuyo pero la mía es una cabezona de narices… y cuando se le mete algo entre ceja y ceja no hay quien la pare, pero bueno de momento me esta haciendo disfrutar mucho de la caza y lo q nos queda por disfrutar juntos! Te sigo en twitter @garcijavier yo soy @nacho_hunter, a ver si hablamos y hacemos una buena camada de bracos jajajaja q tienes un perro precioso y la mía es muy muy parecida. Un fuerte abrazo compañero!